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Boletín de actualidad Fecha: 06-06-2017




Lo que el compromiso nos aporta en deporte

Lo que el compromiso nos aporta en deporte

FUENTE: Sportlife
Sabemos que alguien está comprometido cuando hace lo que dice que va a hacer. Es un valor que facilita muchas cosas en nuestro deporte y en nuestra vida diaria.

El compromiso es importante en la vida. Lo es con los demás, pero sobre todo, con uno mismo. Es una declaración de principios, algo a lo que te obligas. Es uno de los motivos por los que la gente sigue involucrada al 100 % con sus objetivos. No siempre tenemos la motivación suficiente para que todo surja de forma fácil, natural y sin esfuerzo. Pero cuando alguien se siente comprometido, a pesar de no estar motivado, es capaz de cumplir con lo propuesto.

¿Qué implica estar comprometido con tu deporte, tu alimentación o tu estilo de vida? Significa que planificas y te comportas de forma coherente con tu meta. Una persona con compromiso es aquella que responde ante la obligación que ha elegido. Uno no nace siendo comprometido. Uno se educa en no fallar a la gente, en no fallarse a sí mismo, en la responsabilidad y la profesionalidad. Podemos saber que alguien está comprometido cuando hace lo que dice que va a hacer.

El compromiso es algo que pedimos a la pareja, a nuestros hijos, al trabajador de una empresa o al que juega en un equipo deportivo. Pero, ¿qué facilita el compromiso?
El sentido que el objetivo tiene para uno. Es imposible comprometerse con algo que no te genera sentimientos, con una meta, con una persona o con una causa con la que no te identificas en absoluto. No puedes comprometerte con una dieta en concreto si para ti carece de fundamento científico y eres de los que, por encima de todo, cree en la ciencia.

El conocimiento de las reglas. Para poder comprometerte con algo debes conocer el protocolo, los procesos, las normas y el proyecto.

La relación entre compromiso, rendimiento y resultado. De qué le sirve a alguien comprometerse con su deporte, su dieta o su pareja, si al final no consigue un cuerpo sano, fuerte, se mantiene en un peso saludable o su pareja le falla. Es cierto que no siempre existe una relación directa entre aquello con lo que uno se compromete y lo que luego recoge. Pero hay que tratar de definir bien el objetivo del compromiso. De esta manera podrás ir midiendo y valorando si lo que inviertes permite alcanzar lo que deseas.

Bidireccionalidad del compromiso. Es decir, que haya compromiso por la otra parte. No se puede pedir a los hijos, a los trabajadores o a los jugadores que se comprometan con algo si luego tú, como club, como padre o como empresario, no respondes. El compromiso, salvo el que coges contigo mismo, necesita bidireccionalidad.

Bidireccionalidad del compromiso. Es decir, que haya compromiso por la otra parte. No se puede pedir a los hijos, a los trabajadores o a los jugadores que se comprometan con algo si luego tú, como club, como padre o como empresario, no respondes. El compromiso, salvo el que coges contigo mismo, necesita bidireccionalidad.

La escala de valores de la persona. Hoy en día, en este mundo en el que todo necesita estar firmado, el valor de tener palabra, por desgracia, se ha perdido. Tener palabra era algo precioso. Significaba que lo que decías, se cumplía. Sin la necesidad de que se firmara nada con consecuencias en los juzgados, como se añade en cada contrato. Hay personas a las que les es muy sencillo mantener su compromiso. Simplemente porque forma parte de su forma de ser, de sus valores y porque no les gusta fallar a los demás y mucho menos, fallarse a ellos mismos.

Tener recursos para la solución de problemas. Muchos compromisos que se abandonan suele deberse más a la falta de formación, habilidades o capacidades que tiene la persona ante la dificultad que a la propia dejadez. Imagina que has salido a correr sin estar asesorado por un preparador físico, has vuelto muerto de cansancio, con dolores y al día siguiente estás agotado y con muchas agujetas.

Puede que no quieras volver a correr al día siguiente y abandones tu compromiso. La falta de información o de soluciones hará que pienses que no estás preparado, que la experiencia ha sido horrible y que tires la toalla. Pero el haber tenido a alguien que te hubiera dado un plan adaptado, hubiera permitido que fueras más constante y quisieras seguir corriendo.

El ejemplo. Si tienes la suerte de tener padres, profesores, entrenadores o líderes comprometidos, de esos que llegan los primeros, se arremangan, se van los últimos y cumplen con su palabra, te sentirás tan afortunado por la experiencia, que querrás parecerte e imitarles. Nada educa más que el ejemplo.

El compromiso convierte el objetivo en realidad y permite que te sientas orgulloso de tus avances y tus éxitos, mejora el rendimiento personal y del grupo y alienta y motiva cuando trabajamos en equipo. Fomentarlo en la empresa y a nivel individual es una manera de avanzar.

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