Usabal

Boletín de actualidad Fecha: 18-10-2021




El balance energético no lo es todo en nutrición deportiva

El balance energético no lo es todo en nutrición deportiva

FUENTE: Sportlife
Debemos tener muy presente que en la ganancia o pérdida de grasa corporal de cara a una competición o un objetivo físico determinado, no solo importan las calorías, sino también nuestro estado hormonal, la digestión de dichos alimentos y la respuesta hormonal que generan en el cuerpo; además por supuesto de nuestra tolerancia a ellos (si presentamos intolerancias, alergias, etc.).

El déficit calórico es algo que el cuerpo va a tratar de evitar a toda costa, y lo hará creando adaptaciones metabólicas para suplir esa menor ingesta de calorías. ¿En qué se traduce el efecto de un mal planteado déficit calórico?

En que, antes de perder grasa, el cuerpo tratará de hacer todo esto:
Aumentar el hambre disminuyendo los niveles de leptina (homona que te avisa cuando te sientes saciado) y aumentando los niveles de grelina (hormona que te avisa de que tienes hambre).
Bajada de la tasa metabólica o REE (el gasto de tu cuerpo por el simple hecho de estar vivo).
Disminución del AEE, que recordemos que se trata del gasto energético en la actividad total, tanto la del ejercicio físico (ExEE), como la del día a día (NEAT). Es decir, quemaremos menos calorías (consumiremos menos energía), aún haciendo lo mismo. Pero además es que tendrás ganas de hacer menos.
Disminución de la expresión de los genes que se encargan de la lipogénesis (reacción bioquímica por la cual son sintetizados los ácidos grasos de cadena larga esterificados (unidos con el glicerol) para formar triglicéridos o grasas de reserva.)

Disminución de la testosterona (hormona anabolizante que facilita la ganancia de masa muscular, entre otras muchas funciones).
Aumento del cortisol (hormona del estrés que avisa al cuerpo de que se está viviendo una situación de alarma o emergencia, y una de las hormonas implicadas en el aumento de peso).
Disminución de la actividad de la glándula tiroides.

Aumento de la eficacia de las mitocondrias, orgánulos celulares encargados de realizar la “fabricación” de energía.
Pérdida de masa muscular. Sí, has leído bien. Para el cuerpo la grasa es oro puro porque es su mayor reserva energética, por eso tratará de movilizar todos sus recursos, incluidos los músculos, para tratar de evitar perder sus depósitos de grasa.

¿Entiendes por qué la ganancia o pérdida de peso no es sólo una cuestión de calorías? ¿Comprendes ahora por qué basar la nutrición exclusivamente en el conteo de calorías es absolutamente incompleto e insuficiente?

Además de todos estos mecanismos que se ponen en marcha, también debemos tener en cuenta que hay alimentos que se digieren en mayor o menor medida, por lo tanto no toda la energía que contienen es fácilmente obtenida por nuestro organismo, como es el caso de los frutos secos enteros o algunas semillas. Por otro lado, no todo el mundo tiene el mismo estado saludable en su tracto digestivo o en la calidad de la microbiota intestinal, por lo que cada digestión es diferente y también varía la obtención de energía que se obtiene de esta.

Además, no todos parten de un mismo estado metabólico basal. Factores como la alimentación que tuvo nuestra madre cuando estaba embarazada de nosotros, si nacimos por parto natural o cesárea, las experiencias vitales que hemos tenido y han modelado nuestra personalidad, miedos y aversiones; o la forma en que nos alimentaron de pequeños son sólo algunos de los cientos de factores que influyen en nuestro metabolismo, digestiones, salud de microbiota, elecciones alimentarias y relación con la comida.

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