Usabal

Boletín de actualidad Fecha: 06-06-2019




El síndrome de la ventana abierta

El síndrome de la ventana abierta

FUENTE: Sportlife
El riesgo de infecciones en las horas siguientes a terminar de entrenar.
Antes de hablar del síndrome, es importante resaltar que hay que asumir que uno es principiante en muchas ocasiones en la vida, y en el deporte asumir (y disfrutar) esta parte de la vida es clave. A la vez que está aumentando el número de deportistas día a día en nuestro país, está subiendo el nivel físico de la práctica y esto supone que haya demasiadas personas, a menudo poco preparadas, excesivamente preocupadas de mejorar sus marcas a toda costa, incluso de su propia salud. Es gente con poca base, incluso sedentarios durante la mayor parte de su vida, que no han hecho deporte desde el colegio, que de repente descubren el deporte, empiezan a entrenar sin respetar el principio de progresividad y además lo hacen a una intensidad demasiado alta.

Cuando se sobrepasa un determinado nivel de intensidad y/o volumen de ejercicio, bajan los niveles de glóbulos blancos, inmunoglobulina, lactoferrina, sustancias antimicrobianas como la lisozima de la saliva, la alfa amilasa, etc. La reacción posterior a esta agresión de las defensas es una mejora de estos parámetros, pero sólo cuando se descansa adecuadamente y además se hacen sesiones suaves, que hay gente que evita, en teoría para conseguir su objetivo de "rendir más", gran error más extendido de lo que creemos.

La población de riesgo en la que el deporte deja de ser saludable sube de los 35 años y son personas que hacen disciplinas aeróbicas (carrera, triatlón, bici, natación...) y compiten en pruebas populares con frecuencia.

En cuando al síndrome de la ventana abierta fue descrito por la doctora danesa Bante Klarlund Pedersen. Después del ejercicio intenso se pasan varias horas, de 2 a 5, en las que estamos muy expuestos a infecciones por la bajada de defensas posterior.

El mundo de la suplementación tiene mucho que decir a este nivel, con productos específicos para la recuperación y con compuestos proteícos de alta calidad para aportar al finalizar de entrenar. No hay que olvidarse tampoco de los alimentos que protegen la inmunidad como el ajo, la miel, el limón, el tomillo, la equinácea, etc.

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